martes, 15 de julio de 2008


Simultaneidad y Desintegración

El jardín evoca líquenes profundos, mixturas ácidas y vegetales, tierra húmeda y cortezas dulces. La esencia caoba se difumina en la espesura y el suave torbellino se convierte en una cálida marea de frambuesa metálica. Revolotea la chispa en el túnel y se aspira: onomatopeya del humo. Se adormecen los labios, hay excitabilidad, sensibilidad al entorno y reflujos. La yerba acicala sus crines desorientadas. Se presenta ausencia de memoria reciente, adormecimiento de la voluntad y dificultad para sostener argumentos. La mitad de la nao es el éxtasis...
Una cripta absorbe a la conciencia y se inhala la azulada atmósfera. El pequeño ramaje es un abismo de ámbar; Hipnos enardecido en hojarasca mística; origami subliminal; energía difusa y oblicua. La voluntad se adormece y los sentidos se disipan. Luego, absoluta subjetividad, taquipsiquia silenciosa, presentimientos, codificaciones alteradas, ecos revertidos... Alucinaciones auditivas. Abducción. El kif es una almendra polinizada; revelación mágica y sobredimensionada. Caos neuronal, desplazamiento sensorial, expansión psíquica, ataraxia. La noche hierve en un bong dimensional. Las medusas se tiñen de verde, azul y ocre. La luna se mece con gran pereza cósmica. Desdoblamiento, desarraigo corporal, ensoñación metafísica. Movimientos en eco, imágenes simultáneas, recesivas, tardías. Catrina es una ráfaga latente.
La embriaguez es majestuosa y espiritual. El explorador se busca en un espejo y se sumerge en pistilos de cáliz astral.

Por Sonia Cruz.
Pronto:
Algo mágico sobre el vino y otros espíritus.
La despenalización del cannabis y el hachís en Holanda.